Una ética desde la responsabilidad

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Dr. Joel Isaac Román Negroni

Q q é ‘k E ia y «Y ánn: Una ética desde la responsabilidad1 

Joel Isaac Román NegronP

joel.roman@upb.edu.co

joelroman@pucpr.edu

Universidad Pontificia Bolivariana

Facultad de Filosofía

Marcos Manuel Márquez Pagán”

mmarquez@interponce.edu

Universidad Interamericana de Puerto Rico

Departamento de Teología e Historia

Recibido 30.06.2020/Aprobado 05.02.2021

  • Licenciado en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, Ponce. Maestría
    en Filosofía por Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín-Colombia. Actualmente, candidato a
    doctor en Filosofía por la Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín-Colombia. Docente de los
    cursos: Fundamentos de Filosofía; Epistemología y Ciencias Sociales y Humanas en el Centro
    Salesiano de Don Bosco, Copacabana-Colombia. Docente tiempo completo en la Fundación
    Universitaria Católica del Norte.
    •• Licenciado en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, Ponce. Maestría
    en Teología en Estudios Bíblicos por la Universidad Central de Bayamón, Centro de Estudios
    Dominicos del Caribe (CEDOC). Actualmente, candidato a doctor en Teología por la Universidad
    Interamericana de Puerto Rico, recinto metropolitano. Director de la Oficina de Capellanía en la
    Academia Ponce Interamericana. Docente de los cursos: Introducción a la Fe Cristiana; Ética y
    Responsabilidad Social en la Universidad Interamericana de Puerto Rico, Ponce. 1

Re s u m e n

El presente artículo propone ra^éÁeia y áyárcq como conceptos claves para fundamentar una ética desde la responsabilidad. Para esto se hará una aproximación a la filosofía de Epicuro como marco de análisis, para pensar la ética desde la ra^éÁaa, en el que se destaca la función de la ^lAía como punto de encuentro y aproximación al áyárcq bíblico. A pesar de la novedad que propone el áyónq como concepto de vivencia ética cristiana, el concepto de ra^éÁeia se presenta como un antecedente, y provee elementos comunes en lo referente a la responsabilidad por el otro. Así, la ética, entendida como responsabilidad por el otro, propuesta por el filósofo lituano-francés Emmanuel Levinas, provee una comprensión actualizada de la asistencialidad y el amor.

Palabras claves: Responsabilidad; Ética; Agape; Asistencialismo; Amistad
’^ É X ria y áyárcn: An ethic from responsibility


Ab s t r a c t
This article proposes ra^éÁeia and áyónq as key concepts to support an ethic based on responsibility. An approach to the philosophy of Epicurus will be made as a framework for analyzing ethics from the w^éÁeia, which highlights the role of the ^lAía as a meeting point and approach to the biblical áyónq. Despite the novelty proposed by áyárcq as a concept of Christian ethical experience, the concept of ra^éÁeta is presented as an antecedent, and provides common elements regarding responsibility for the other. Furthermore, ethics, as responsibility for the other, proposed by the Lithuanian-French philosopher Emmanuel Levinas provides an updated understanding of care and love.
Keywords: Responsibility; Ethics; Agape; Assistance; Friendship

La  propuesta  de  nuestro  articulo  pretende  poner  en  dialogo dos terminos griegos que influyen en la importancia del agape en el cristianismo y que, a su  vez,  dan  lugar  para  comprender  la  relación del ser humano con Dios. El agape, ciertamente, posee un recorrido hist6rico  dentro  del  cristianismo,   pero  no  es  razón  para  tomarlo con menos seriedad para responder a los problemas inherentes de la vida humana. El objetivo, a partir de la asistencialidad (opheleia) y el agape -es preferible no traducir para no obliterar en cuestiones diversas-,  es  comprender   una  determinada   realidad  y encontrar elementos  significativos para  la vida  humana.2  La  realidad, como espacio de encuentros, abre el camino para comprender que la vida no es solo una relación conmigo, sino con los otros sujetos. A partir del espacio de «encuentro», el ser humano puede descubrir el desa­rrollo de las actividades de la vida, juntamente, como responsabili­dad ética con los otros.

La noción de agape, desarrollada en un ambiente «etico altruis­ ta cristiano», despoja cualquiera de los criterios de relativismo y subjetivismo axiológicos, y se despliega en otros sentidos prácticos morales para la vida humana. De manera que es necesario manifes­tar que la ética cristiana no parte de puras reflexiones filosóficas, aunque en ocasiones hace uso de la filosofía. Esta responde a una concepción del amor como ética revelada desde la responsabilidad. La noción de asistencialismo puede, incluso, atisbarse como una primera manifestación del amor-agape que, vista este ultimo des­ de un razonamiento filosófico, puede asociarse con algunas pers­pectivas éticas de la filosofía.  Así pues, parece necesario destacar a un pensador vilipendiado durante siglos, como lo es Epicuro de Samas, y prescindir de cualquier criteria que no sea academicista o dialógico, pues la relevancia de su pensamiento filosófico da claves de lecturas para una ética de la responsabilidad. La filosofía griega y los problemas de la antigua polis, con el auge de las nuevas p6leis en el Asia Menor, impulsadas por Alejan­dro Magno, resultado de un panhelenismo isocratico, dan cuenta de  un rico campo de posibilidades para responder también a los pro­blemas nuestros. El cosmopolitismo que hoy  día  es,  paralelamente, la globalización, permite esbozar mapas de relaciones interpersona­les, donde el amor de Dios y la «asistencialidad» son referentes para salvaguardar las relaciones interpersonales. En efecto, gozamos de diversos grados de relaciones humanas, pero imposible hacernos indiferentes o ajenos, como si pudieramos eludir a los otros. Dicho esto, el amor-agape es el fundamento sabre el cual se construye la etica cristiana. Esta etica ofrece una novedad, aunque, a su vez, ofre­ce una base comnen lo referente a la  responsabilidad  por  el otro. En este sentido, la reflexion filosófica sobre el concepto co<p£A£ta en el filósofo Epicuro permite considerar elementos de  razón  sólidos que coinciden con el aya7IT1 cristiano. Teniendo todo esto en cuenta, se pretende presentar una  reflexion  filosófico-teológica de  una ética a partir de la responsabilidad.

  1. Una aproximaci6n a Epicuro. Pensar la etica desde la roq>EAEta

En la filosofía de Epicuro existe gran cantidad de comentarios en los que se afirma la existencia de los dioses.3 No tenemos eviden­cia alguna que refiera a una teoría de los átomos que este como res­ puesta a favor del ateismo o que inicie un ateismo.4 Los detractores como Cicerón, Plutarco y, en ocasiones, el apologeta Lactancio, no hicieron mas que tergiversar el pensamiento filosófico del maestro del Jardín. Incluso, las respuestas de los Padres a algunas ideas filosóficas de Epicuro evidencian que no lo hicieron con un análisis ex­haustivo, sino que toman (y repiten de lo que otros han dicho) frag­ mentos para responder a toda una perspectiva filosófica extensa y amplia.5 Ciertamente, no nos ocuparemos en demostrar todo lo con­trario a estos, pues tenemos investigaciones exhaustivas por parte de los circunspectos eruditos,6 que han dado la tarea de revisar y analizar la perspectiva filosófica de Epicuro que inicia en el siglo IIa.C., pasa por el siglo IV d.C., y, aproximadamente, se extiende en la Edad Media. Lo fundamental de sefialar tales aspectos se debe a que la filosofía de Epicuro pone de manifiesto una metafísica que esta en conexión con la ética, en el sentido que, segCm la concepción que los seres humanos tienen acerca de la muerte, la divinidad y el alma su resultado podrá observarse en su comportamiento (ethos). Asunto este pasado de vista por los críticos de la época.7

Epicuro trató de sentar las bases de una ética que retoma los aspectos principales de la divinidad como paradigma excelente para la vida humana. Encuentra, a partir de la eliminación de las falsas suposiciones (pseudes hyp6lepsis), Ia posibilidad de cimentar que la vida etica puede construirse desde lo divino en razón de sal­vaguardar las relaciones interpersonales. La amistad aparece en la esfera de lo humano, como:

«La prima societa degli amici, nella quale, fuori di’ ogni presupposto sociale e sacrale, il nome di amico valesse a designare un rapporto etico e un com­ portamento liberamente scelto da uomini che si riconoscessero pari sulla base del loro essere individuale e  della comune  condicione  umana, sorse al principio del III secolo avanti la nostra era, in Atene, e fu opera di un filosofo Epicu ro».8

Si bien es cierto que el utilitarismo de John Stuart Mill, e in­cluso el de Jeremy Bentham, están arraigados en la filosofía ética de Epicuro, es importante destacar que las consideraciones de egois­mo/altruismo están en la esfera moderna y todo depende de que se entiende, actualmente, por estos términos.9

Las teorias eticas deontol6gicas y consecuencialistas (al te­ ner estas ultimas rasgos del utilitarismo), suponen aspectos fun­ damentales «que recogen distintas facetas de la raz6n practica»10 Posteriormente, aparece un neoconsecuencialismo, que tampoco se vincula con la teoria etica de Epicuro. El ejercicio de reflexionar el tema de la amistad en la filosofia de Epicuro, supone situar entre parentesis estas presunciones te6ricas de las discusiones moder­ nas y contemporaneas, puesto que, como se ha mostrado,11 desde los 70s, los debates acerca de perfeccionar el utilitarismo han dado nuevos principios eticos para repensar el «principio de utilidad» y que, a nuestro modo de ver, estan al margen de todo criteria etico responsable de «asistencialismo» para con los otros.12

1. Una asistencialidad desde la alteridad

Los epicureos apuntan hacia un posible horizonte altruista (quizas no puro) como primer eslabón de agape en Grecia.13 Se fun­damenta la idea de «asistencialismo» en cuanto que practica ética en el Jardín (Kfjnoi;), como objetivo de maximizar las responsabili­dades mutuas de las relaciones humanas. No obstante, no podemos olvidar que el pensamiento de Epicuro es maridaje, por antonoma­ sia, entre el materialismo de Leucipo y Dem6crito y el humanismo socrático (o antropocentrismo clásico). Es la propuesta de quien dijo que: «este doble aspecto de sus escritos se deja ver de manera especial en el tema de la amistad y, como consecuencia de esa doble influencia, algunas posiciones pueden parecer cont radictorias».14

Es habitual que en la filosofia de Epicuro se explicite la no­ ci6n de philia,15 y aparezca empleada con el termino griego co<p£A£ta, que traduce «utilidad», «beneficio», «mutua ayuda», «asistencia»,

«socorro», y que escapa, por lo tanto, de los rasgos de utilidad de caracter moderno del siglo XVIl.16 La formulaci6n griega (co<p£A£ta) implica una etica de la responsabilidad, cuyos matices conjugan las esferas de egoismo / altruismo como piezas claves para reflexionar las relaciones interpersonales.17

De acuerdo con Torcuato, en boca de Cicerón, existieron en el Jardín, como problema de discusión, distintas formas de conce­bir la amistad. Epicuro concibió la amistad en origen de los benefi­cios (opheleia), tal y como lo demuestra en Gnomonologio Vaticano 23, como  punto  de  partida  para  destacar las responsabilidades éticas «altruistas». No es posible situar la idea de la amistad, en la filosofía de Epicuro, en función meramente  instrumental,  aunque  su  origen es el beneficio (ano rfji; wcp£l£iai;) -afirm6 en Gnomonologio Vaticano 39-. El sustantivo destaca una figura «asistencial» que esta intrín­secamente relacionada con la amistad y en el que se articula con la búsqueda del «placer», pero que no implica, en consecuencia, la búsqueda de nuestros «placeres» individuales.18 Se da una «insis­tencia» de que la solicitud de amigos no es lo mismo que perseguir nuestros deseos por sabre los otros. Torcuato, perspicaz al asunto, intenta demostrar que: «no se deben buscar los placeres que atafien a los amigos con la misma intensidad con que buscamos los nues­tros».19 Lo que precisa Torcuato, respecto de la amicitia, es la bus­ queda relacionada con el «placer mutuo» y yergue en la fortaleza de ánimos. Esta relación de la amistad con el «placer» es evidente, sin embargo, la amistad no se define como «placer», en el sentido de conseguir el «placer» nuestro por sabre los amigos. Se enfatiza la duración de la amistad en cuanto que es «amor» por los amigos como a nosotros mismos, como mutua seguridad y asistencia en el que se despliega «la alegria con los amigos con la nuestra y, asimis­mo, sufrimos con sus penas».20

Otro aspecto de la amistad, que fue concebido en el Jardín, según nos comenta Torcuato, es queen el espacio epicureo complementaron la idea de la amistad y el «placer» con la sentencia Gnomonologio Vaticano 23, en la que se destaca que el surgimiento de la amistad esta relacionada con el «placer», pero cuando se produce mayor intensidad o florece «un amor tan grande que, sin tener la amistad alguna ventaja, los amigos son amados por si mismos».21

En Fin II, 85 y Nat. deo. I, 22, Cicerón nos muestra un distan­ ciamiento con la doctrina y perspectiva filosófica de los epicureos referente a la amistad. Según el latino, las implicaciones y el origen de la amistad en los epicureos es simple y llanamente el resultado instrumental.22 Este aspecto suscita diversas opiniones en los estu­diosos actuales, pues, aunque Epicuro agrega una vision altruista de la amistad, pareciera que existe contradicción entre egoismo / altruismo en la ética epicurea. De acuerdo con Mitsis existen ca­rácteristicas e intenciones inconsistentes en la teoría de Epicuro. Agregar a la teoría hedonista la relación interpersonal ya implica un referente mercantil de la amistad, y no representa una teoría éti­ca altruista, estaríamos en una tension que oscila entre el altruismo y el egoísmo.23EI quid en Epicuro es que existe un primer paso que coincide, en parte, con los postulados posteriores del agape en el cristianismo, y en que el samoense intenta subrayar los orígenes  de la amistad. Si observamos cada uno de los supuestos, la noción de agape puede estar en relación con la philia de Epicuro (y mas especificamente con Ia opheleia), pues radica en la responsabilidad-asistencial por el pro­ jimo, el convivium dialogal y remedial de darse por el otro -IW1oiov, dixit Epicuro en Gnomonologio Vaticano 61, al expresar la proximi­dad, el prójimo que nace desde lo cordial (homonoia)-. De ahi que el antecedente de agape en Epicuro es la opheleia. La opheleia es la mutua ayuda (asistencia) que se brindan los amigos: a una amistad en la que -cuando se actúa como parasito- no hay reciprocidad, no

puede llamarsele amistad. La philia es la afecci6n asistencial por la cual se tiene la esperanza (tlnii;) deque, en el futuro, el otro tambien estara presente. Epicuro subraya que la amistad es ayudar en los momentos de angustias.24 A este respecto, puede deducirse que la responsabilidad por el otro, como etica de las relaciones interperso­ nales, responde a un amor que subraya el merito de la asistenciali­ dad. No es necesario que la mutua ayuda este en aras de la recepci6n material o econ6mica del amigo, sino y, sabre todo, en la asistencia espiritual; es decir, «the main reason given by Epicureans for the importance of friendship is that it provides safety: with friends to protect you, your life will be secure from danger [… ]».25Para algunos autores,26 el principal problema es que no existe en Epicuro una actitud desinteresada por sacrificar la vida por el amigo; sin embargo, si podemos encontrar aspectos fundamentales en su concepción de la amistad que coincide con el amor desintere­ sado y altruista (aunque no sea completamente puro). La perspecti­va de Epicuro apunta a la mutua responsabilidad de asistencia que no agota las posibilidades de escuchar, conversar y abrir el corazón hacia el horizonte de sufrir juntamente con el: «No sufre mas el sa­ bio por su propia tortura que por la tortura de un amigo, y por el esta dispuesto a morir. Pues si abandona al amigo, toda su vida quedara arruinada y hundida por culpa de esta infidelidad ».27 Si bien es cierto que para Epicuro la amistad no puede estar separa­ da del «placer», es importante subrayar que no existe un egoísmo puro o un altruismo puro, sino cierta conjugación entre ambos para fundamentar el encuentro de servir (therapeusin) a los otros. La fe­licidad no esta arraigada ni en las riquezas ni en las opiniones de los disolutos, sino en la amistad, cuya característica interpersonal nos salvaguarda de las sociedades y las dificultades de la vida. Con mayor razón arguye, perspicazmente, que «No hay que envidiar a nadie; pues los buenos no son dignos de envidia, y los malvados, cuanta mas suerte tengan, tanto mas se perjudican».28 Sise analiza exhaustivamente Gnomonologio Vaticano 34, se coincidirá con lo an­ tes mencionado, la amistad radica en la confianza que nos brindan los amigos. Muy justamente al respecto comenta Mas Torres:

«no alaba tanto la ayuda cuanto la expectativa de ayuda que ellos brindan: no importa el presente, sino el futuro, no importa tanto que los amigos nos ayuden ahora cuanto la confianza en que, llegado el caso, nos ayudaran, material pero tambien intelectualmente».29
De acuerdo con Diogenes Laercio (X, 10-11), Epicuro llego a tener tal cantidad amigos que no podian calcularse, y que la situa­ción de Grecia hizo prevalecer su doctrina filosófica en aras de dis­ poner de la ayuda de quienes le acompafiaban: «y la tradición de la escuela, que, mientras casi todas las demás se han extinguido, se mantiene y cuya dirección se ha traspasado innumerables veces de un discípulo a otro».30 Para Epicuro, la importancia de la amis­tad, segun los comentarios que conservamos de Diogenes Laercio, esta en la asistencialidad de quienes le acompafiaron, al conciliar la concepción egoísmo/ altruismo en la óptica de la amistad. Pues, si la amistad tiene en su origen el beneficio, se resalta la mutua com­pañía de quienes aparecen en el contexto interpersonal, esto es, el beneficio de las mutuas responsabilidades de socorro. El beneficio no aboga por las particularidades de los deseos individuales, sino en la fundamentación de una ética de la responsabilidad que pone de manifiesto el cuidado-servicio (therapeusin) de los otros. Se esta­blece una terapéutica de asistencialidad, cuya comunidad amical es independiente de las condiciones o congeneres humanos, al estable­ cer que los amigos son la seguridad y amparo en el que esta el mejor refugio (medicorum et aegrotorum refugium ).31

La seguridad solo la pueden brindar los amigos y, en conse­cuencia, se enmarcan los ejercicios terapéuticos de cuidados de los lazos de relacionalidad y asistencialidad.32 El testimonio mas con­creto lo podemos corroborar en sus cartas, dirigidas con el fin de cultivar la amistad a la distancia y para «moralizar, estandarizar ciertos principios y por lo mismo formar una comunidad ».33 A este respecto, el agape se consolida en la formulación de una comunidad específicamente cristiana, al formar una comunidad que cultiva y cuida el encuentro de los otros, estandarizando los principios de mutua compafiia para poner fin a las violencias que subyugan la vida humana. Cabe resaltar que «la cultura griega se define como una búsqueda apasionada de todo lo que pueda poner fin a la vio­ lencia considerada brutal e indigna del ser humano ».34 A ello se suma la perspectiva epicurea en torno al dafio (PAcmTnv) que pone de manifiesto la idea de pactos en las relaciones humanas -este as­ pecto refiere a la amistad como una clase de pactos o contrato de mutua ayuda-, al destacar, entonces, la polisemica noci6n de la jus­ ticia en los rasgos mas comunes de no dañar y tampoco ser dañado.

El verbo PAcmTnv, como ha demostrado Goldschmidt, en voz pasiva y activa, destaca las connotaciones de aquellas acciones que apuntan a evitar y cometer cualquier injusticia.35 En este sentido, lo que se subraya es que los pactos entroncan el camino de la seguri­ dad (am:paA£ta). La philia epicurea, en el sentido de asistencialidad, esta quizás en nexo con el agape, porque se evidencia no solo en el afecto mútuo que florece en el amor, sino, tambien, en la disposi­ ci6n de sufrir y sacrificarnos cuando así lo requieran las circunstan­cias de los amigos. De lo que se trata fundamentalmente en Epicuro es del acompafiamiento en cualquiera de las situaciones adversas, al poner en peligro nuestras vidas: «Con habilidad y generosidad os preocupais de proveerme de comida y me habeis dado excelentes pruebas de vuestro buen animo hacia mi».36

Mas alla de las discusiones de queen Epicuro no puede exis­ tir una actitud desinteresada, concepci6n que muestra  un  egois­ mo psicol6gico, hay que subrayar las disposiciones de las acciones de quien entrega todo por el amigo. Existen acciones que pueden guardar apariencia de una acci6n altruista y, en consecuencia, los motivos son completamente la consecuci6n de un egoismo psico- 16gico en el que desee llevar una vida mas significativa en la que se reconozcan sus actos. De hecho, fue la interrogante que Thomas Hobbes pudo plantear (aunque no qued6 del todo satisfecho), cre­ yendo que el egoismo psicol6gico puede parecer verdadero por las bases segun la cual todos los seres humanos no actuamos de forma desinteresada.

El egoísmo psicológico parece ser uno de los rasgos del ser humano en su primer «estado de naturaleza». Sin embargo, evaluar el motivo de la caridad  (y de  la asistencialidad) considerando que: «el hombre caritativo se demuestra a si mismo (y al mundo) que tiene mas recursos que otros: no solo para encargarse de si mismo, sino que tiene de sabra para otros que no son tan capaces como el. En otras palabras, solo hace alarde de su propia superioridad »,37 nos demuestra, entonces, que no es una amistad pura y mucho me­nos es asistencialidad para con el otro, por lo cual Epicuro insiste en sus máximas. Explicatio ridicula est considerar que la amistad epicu­rea denota una acción con intereses individuales;  todo ello es  apariencia de una amistad: ai K£Vai cptAim cpBEipoum Tl)V roN avSpcorcmv w 8 mµoviav.38 A este respecto, «ninguno es mas sabio que otro» (D.L. X, 120). Baluarte es la amistad que recorre el mundo y de la que exis­te la confianza de ser asistido.

Epicuro no aborda el problema de la amistad en términos on­ teológicos, como se propane Aristóteles en Etica a Nicómaco, según la cual busca encontrar la amistad en si y por si misma.39 Aunque existen rasgos y aspectos fundamentales que el maestro del Jardín retoma del estagirita, la amistad solo puede entenderse segCm los motivos y las acciones que emergen de la vida interpersonal. Exis­ten distintos grados de amistad, cuya caracteristica de la excelente philia no es otra cosa que responsabilidad, asistencialidad y socorro. La literalidad del termino opheleia -como utilidad- expresa ideas lejanas de instrumentalización. Lo fundamental en Epicuro es que os6 destacar una comunidad amical en el que cada uno esta atento en asistir en los momentos de angustias. El que haya resaltado los orígenes de la philia, en concomitancia con la asistencialidad, de­ muestran rasgos que serán de influjo en la concepción cristiana de agape. La formalidad amical que se despliega en la comunidad epi­curea es un intento de salvaguardar las relaciones humanas lejos de cualquier criteria politico y social. Los criterios responsables que Epicuro entiende por la amistad distan de cualquier concepci6n de las masas (hoi polloi), y solo los epicureos, asi como los cristianos, son capaces de llevar al exkhatos Ia philia y el agape respectivamente. EI agape es la resemantizaci6n cristiana de la philia y opheleia epicurea, que en vez de excluirse, se incluyen las tres categorías para construir una forma de vida en beneficio de la vida humana. Como veremos mas adelante, el agape nace en la ética cristiana; sin embargo, Epicuro, al partir de la razón, logra aproximarse  a la realidad de la etica revelada, al pleno amor desprendido de si mismo, al demostrar en su pensamiento filosofico el proposito de obtener lo favorable para los otros.

  1. El amor como etica revelada

Teniendo en cuenta estos conceptos, y su relacion con la fi­ losofia y la etica, se puede apreciar un desarrollo progresivo en la reflexion de las relaciones interpersonales. Es evidente que se pre­ senta como un proceso de reflexion filosofico y antropologico. No obstante, ese conocimiento progresivo fue sentando las bases para una etica que, sin opacar las realidades humanas sino todo lo con­ trario, exaltando lo mejor de ellas, se presentaria como revelada. Asi, el concepto agape se presenta en el cristianismo como el fun­ damento de una etica que se asume  desde la  responsabilidad por el otro. No se trata de una simple reflexion filosofica, sino de una vivencia mas profunda, de dar un sentido mas pleno a la philia e, incluso, a la opheleia.El concepto agape en el Nuevo Testamento es la base fundamen­ tal de toda la etica cristiana. Pero, el ser cristiano no se articula a traves de una decision etica sino de un «encuentro» que implica asumir