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No hay ninguna mujer que pueda ocupar esa posición en la Iglesia
Rvda. Maritza Rosas Hernández, MDiv
Durante un vuelo hacia Estados Unidos tuve la oportunidad de ver la película Hidden Figures (Talentos Ocultos, 20th Century Fox).1 La misma trata sobre el trabajo de Katherine Johnson, una brillante matemática afroamericana que junto con sus colegas Dorothy Vaughn y Mary Jackson sirvieron como las principales mentes detrás de la mega operación que sirvió para lanzar al astronauta John Gleen a la órbita, en 1962. El título de la película tanto en inglés como en español es muy sugestivo, Talentos Ocultos. Esta película nos muestra cómo la historia ha ocultado a muchas mujeres a quienes no se les ha reconocido sus talentos y aportaciones. Muestra también cómo a las mujeres se les impide o colocan trabas para alcanzar posiciones de alto liderato en empresas privadas y gubernamentales ya sea por razón de sexo, raza, estatus social o todas las anteriores. Esto ocurre por regla general en todos los ámbitos de la vida, incluyendo la Iglesia.
La Iglesia debería ser la excepción, pero no lo es. Muchas mujeres han quedado en el anonimato dentro de la Iglesia. No las conocemos porque la historia eclesial se ha encargado de ocultarlas o invisibilizarlas. Desconocemos sus historias personales, sus escritos y legados a la Iglesia. Son historias de mujeres que ofrendaron sus vidas, que fueron torturadas y asesinadas por causa de su fe, que escribieron documentos importantísimos, que fueron consejeras de los Papas, teólogas, maestras, doctoras de la Iglesia y misioneras, entre muchas otras cosas. Otras han sido mantenidas al margen y silenciadas por sus posturas. No obstante, las mujeres se resistieron a ser silenciadas y ser eliminadas del liderato de la iglesia.
Liderato de las mujeres en la Biblia
El Antiguo Testamento describe el liderato y autoridad de muchas mujeres. Tanto María como Hulda, Débora y la esposa de Isaías fueron llamadas profetisas (Ex 15.20; 2 Re 22.14-22; Is 8.3).2 Dios envió a María, junto a Moisés y a Aarón a dirigir al pueblo de Israel durante los años que anduvieron por el desierto. Débora era una de los jueces que gobernaron el pueblo de Israel en la época anterior a la monarquía. Era profetiza, madre y esposa (Jue 2.16, 18; 4.10, 24; 5.1-31). Tenía autoridad sobre el comandante del ejército, Barac (4. 6, 14) y fue quien salvó a Israel de manos de sus enemigos. La reina Ester influyó para salvar de un genocidio inminente al pueblo de Israel (Ester cap. 5-7). Hulda fue la profetiza a quien el rey Josías, sacerdotes ancianos y profetas consultaban y reconocían como alguien cuya palabra era divinamente revelada (2 Re 22.14-23.25; 2 Cron 34.29-35.19).
De manera más general el Antiguo Testamento expresa la esperanza de que todas las personas, hombres y mujeres tuvieran liderato espiritual como profetas (Num 11.29). Joel predijo el rol profético, visiones y sueños sobre mujeres, hombres, siervos y siervas, jóvenes y ancianos mediante el derramamiento del Espíritu (Jo 2.28-29) que se cumplió en Pentecostés (Hch 2.14-21).
En el Nuevo Testamento hay evidencia abrumadora sobre el liderato de las mujeres. En el movimiento de Jesús se destacan muchas mujeres como María su madre, María Magdalena, Marta y María, Juana, Salomé y tantas otras. Jesús inauguró un movimiento dentro del cual las mujeres participaban en un plano de igualdad con los varones.3 Pablo hace referencia a mujeres como Lydia, Junia, Priscila como mujeres de fe con autoridad para enseñar, predicar y reunir la iglesia en sus casas. De hecho, siete de diez personas a quienes Pablo menciona como colaboradores en el ministerio en la carta a los Romanos son mujeres (Rom 16.1-15).4 Se registran mujeres que ocuparon cargos como apóstol, profeta y maestra.
La historia de Tecla es poco conocida. Epifanio, San Agustín y Ambrosio, Padres de la Iglesia la mencionan. En la literatura cristiana temprana (no canónica) se la llama apóstol. Esta fue encarcelada por su fe, siendo descrita por algunos griegos como la primera mártir e igual a los apóstoles. Vemos como a lo largo de la historia de la Iglesia, Dios ha llamado a mujeres a posiciones de liderazgo, ha bendecido su trabajo5 y han entregado su contribución a la vida de la Iglesia.
¿Cómo llegamos hasta aquí?
Hacia finales del primer siglo y a medida que la iglesia fue institucionalizándose se observa un proceso que va eliminando poco a poco la participación de la mujer en la toma de decisiones y en el liderazgo de la iglesia, mientras va reservándose el liderazgo de las congregaciones a los varones. Más adelante en la época de la Reforma Protestante muchos reformadores creían que las mujeres no tenían la inteligencia ni la estabilidad emocional necesarias para ser líderes.6 Agustina Luvis comenta que a medida que los valores de la sociedad patriarcal, sus formas jerárquicas de gobierno y la centralidad de la autoridad en el hombre se infiltraron en la Iglesia, las cosas cambiaron.7 De esa manera fue perdiéndose la concepción de la iglesia como una comunidad de iguales. En la nueva iglesia todos los lazos de exclusividad existentes en la sociedad judía, griega y romana, con sus divisiones sociales se habían roto.8 Se había trascendido las separaciones en todos los sentidos: económico, cultural, ético, y de género según expresado en Gálatas 3.289, pero eventualmente prevaleció la ideología patriarcal.
La Iglesia medieval
Aunque la iglesia medieval fue dominada por los hombres, las mujeres también tenían un papel importante en la iglesia. Para las mujeres que querían una educación o no querían casarse, convertirse en una monja era generalmente la única opción disponible. Una monja podía ser nombrada a ser abadesa a cargo de hombres y mujeres en una abadía. Las abadesas eran políticamente poderosas, generalmente bien educadas, podían escribir libros y comunicarse con los obispos y teólogos, de forma similar a los abades.10
La Iglesia Católica
Las mujeres en la Iglesia Católica llevan un largo tiempo luchando por ser ordenadas al sacerdocio11, hasta ahora reservado sólo para hombres. En la carta apostólica “Ordinatio Sacerdotalis” de 1994, Juan Pablo II cerró las puertas de la Iglesia Católica a las mujeres sacerdotes, al recordar que Jesús eligió a 12 apóstoles hombres como servidores.12 Por su parte, el Papa Francisco, al inicio de su papado, anunció que “una Iglesia sin mujeres es como el Colegio Apostólico sin María.”13 También expresó que al perder la mujer, la iglesia “corre el riesgo de convertirse en estéril.”14 En el 2016 anunció que iba a crear una comisión para estudiar el diaconado femenino en la Iglesia primitiva, al considerar que las mujeres-diáconos podrían ser “una posibilidad para hoy”.15 Luego El Vaticano informó que “después de intensa oración y de madura reflexión”, el Santo Padre decidió instituir la Comisión.16 Unos días después del anuncio de que se iba a crear esa comisión el P. Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, señaló que el Pontífice “no dijo que tenga la intención de introducir una ordenación diaconal de mujeres” y menos “una ordenación sacerdotal” femenina.17
Me pregunto ¿otra comisión para qué? ¿Reflexionar sobre qué y por qué? ¿Cuánto más hay que orar por algo que ha sido ordenado por Dios?18 ¿Cuántos estudios más hay que realizar si muchos historiadores de la Iglesia sostienen que hay numerosas pruebas de que algunas mujeres sirvieron como diáconas en los primeros siglos de la iglesia? Además el Nuevo Testamento posee evidencia abrumadora sobre el liderato de las mujeres. El apóstol Pablo menciona y recomienda a una mujer, Febe, en su carta a los Romanos. De hecho, la única persona nombrada en el Nuevo Testamento con un título explícito es esta mujer: “Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia de Cencreas”, (Rom 16.1). El Nuevo Testamento no nombra ningún hombre ni mujer como supervisor (episkopos) o pastor (poimen).19 20 Dice un dicho popular que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. La estructura jerárquica y patriarcal se sigue imponiendo, negando a las mujeres ejercer su plena vocación dentro de la Iglesia.
Mujeres en el Vaticano
Hasta el año 1915 ninguna mujer trabajaba en el Vaticano. Era un mundo totalmente masculino. Hace poco más de cien años el Vaticano contrató la primera mujer, Anna Pezzoli, para trabajar en la logística de las celebraciones papales. Para 1929, más mujeres entraron a la fuerza trabajadora del Vaticano, pero el gran empuje vino después del Concilio Vaticano Segundo en los 1960.21 Para el 2019 había 1.016, mujeres empleadas, representando el 22% del personal total.22
El nivel más alto que han alcanzado hasta ahora las mujeres de la Curia es el de subsecretario, una figura que pertenece al equipo ejecutivo de un dicasterio (ministerios vaticanos), normalmente compuesto por tres o cuatro miembros. La religiosa francesa Nathalie Becquart, fue nombrada subsecretaria del Sínodo de los Obispos por el papa Francisco. Aparte de Becquart, las otras subsecretarias son: la jurista italiana Francesca Di Giovanni, la española Carmen Ros Nortes, y las laicas italianas Gabriella Gambino y Linda Ghisoni. Estas son las mujeres que ha ingresado en un grupo aún muy exiguo: el de las mujeres con voz y voto en el Vaticano. 23
La Iglesia Protestante
La jerarquía y estructura de la Iglesia es masculina y patriarcal. Los varones ocupan las posiciones de liderato y muchas veces impiden que las mujeres lleguen a las altas posiciones eclesiásticas. Un ejercicio simple es identificar cuántas mujeres son o han sido obispas, superintendentes, presidentas o pastoras generales de las diferentes denominaciones protestantes y evangélicas en PR y el mundo.
Echando una mirada breve a poco más de cien años de presencia protestante y evangélica en PR y el liderato de las mujeres podemos ver que son muy pocas las denominaciones y Concilios que han nombrado a alguna mujer a la más alta función de liderato. Veamos algunos ejemplos:
- Iglesia Bautista: Rvda. Yamina Apolinaris, Ministra Ejecutiva de 1989-2000. La Rvda.
Miladys Oliveras y la Rvda. Miriam Gutiérrez sirvieron de forma interina como Ministras Ejecutivas por menos de un año en diferentes periodos.
- Sínodo del Caribe de la Iglesia Luterana: Rvda. Margarita Martínez Rodríguez, Obispo de 2001-2007, fenecida. En septiembre de 2018 se nombró como obispo a la Rvda. Idalia Negrón.
- Iglesia Universal de Jesucristo: Rvda. Zoraida Maisonet Ortiz , Presidenta Internacional, 2014.
- Iglesia del Nazareno: Rvda. Olga Robles Montañez, Superintendente 2008-2016.
- Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en PR: Lcda. Elizabeth Álvarez, primera mujer laica Presidenta de la Convención (1980-1985). En ese entonces no existía la posición de Pastor General. Esta posición fue creada en el 1985. 24 En el año 2021 la Iglesia vota por unanimidad por la Rvda. Hilda Robles como la primera mujer pastora como Pastora General.
En el año 2022 por primera vez en la historia de la iglesia protestante puertorriqueña, cuatro mujeres pastoras lideran cuatro denominaciones históricas: Rvda. Zodet Zambrana, moderadora general del Sínodo Presbiteriano Boriquén, Rvda. Lizzette Gabriel obispa electa de la Iglesia Metodista de Puerto Rico, Rvda. Idalia Negrón obispa de la Iglesia Evangélica Luterana Sínodo del Caribe y la Rvda. Hilda Robles pastora general de la Iglesia Cristiana Discípulos de Cristo.25
Como podemos observar en 100 años sólo un puñado de mujeres ha ocupado una función o posición de alto liderato, cuando son quienes constituyen la mayoría de la feligresía de la Iglesia. Es decir, las mujeres tienen poco acceso a la alta jerarquía o estructura de la Iglesia. Las posiciones que generalmente ocupan las mujeres en el alto liderato de la Iglesia ya sean laicas o pastoras tienen que ver con ministerios y programas de educación, familia, consejería, evangelización, misiones, grupos de mujeres, niñez y juventud, entre otras. No son necesariamente posiciones donde se toman las decisiones. Muchos Comités o Comisiones eclesiales son ocupados por varones, pero hay varios de estos que nunca han sido liderados por mujeres. Como señala la biblista española Nuria Calduch «en la Iglesia los varones ocupan casi todo el espacio posible, las posiciones de responsabilidad, de toma de decisiones…».26
A esto debo añadir que cuando una mujer aspira a ocupar un cargo de alto liderato en la iglesia se buscan mil excusas para no nombrarla, no se reconocen sus capacidades y hasta laceran su reputación activando todo un ejercicio político en su contra. No importa cuán efectivo, eficiente y capaz sea su liderato, no es tomada en cuenta. Esta puede ser una de las razones por las cuales las mujeres decidan no aspirar a estas funciones, pues hay que pagar un precio muy alto. Ivone Gebara, teóloga católica afirma que una razón para que las mujeres no aspiren a un cargo de liderato en la iglesia es porque hemos sido socializadas a no anhelar papeles públicos o cargos influyentes, pues estos son para hombres ya que ellos saben más de la Biblia, de Dios, de Jesús, de administración.27
En el nivel de la iglesia local, dependiendo de la denominación o concilio las mujeres pueden tener mayores oportunidades de ocupar posiciones de liderato. Hay otras que aún en el nivel local se les impide o se les prohíbe que enseñen, prediquen y ocupen otras posiciones de liderato.
Lo dicho anteriormente nos ayuda a percatarnos en que mientras en el resto de la sociedad las mujeres han alcanzado posiciones de liderazgo en la política, la economía, la ciencia y empresas privadas (aunque reconocemos que aún falta mucho), la Iglesia va quedando rezagada. A excepción de unos cambios cosméticos por aquí y por allá, las mujeres siguen estando peor pagadas, son menos llamadas y menos valoradas que los hombres en puestos de liderato dentro de la Iglesia.28
Mujeres en el ministerio pastoral
Constantemente escuchamos al laicado y liderato de la iglesia afirmar su apoyo y reconocimiento al liderato de la mujer dentro de la Iglesia, pero sus acciones distan mucho de sus palabras. Esto se hace evidente cuando vemos que todavía varias denominaciones no permiten la ordenación de mujeres al ministerio pastoral.29 Tenemos iglesias que endosan mujeres al ministerio pastoral, pero cuando necesitan una figura pastoral llaman un varón. Hay iglesias locales en todas las denominaciones en Puerto Rico que en más de 100 años de historia nunca han llamado a una mujer como su pastora. Las mujeres confrontan muchos prejuicios a la hora de poder ejercer su vocación ministerial. Algunas iglesias expresan tajantemente que no desean a una mujer como su pastora o que no están preparados para tener una. Las que más escollos enfrentan son las pastoras solteras y divorciadas. De llamar a una mujer, el modelo “preferido” es una mujer casada con hijos.
Si una pastora, según la iglesia no es efectiva en su tarea pastoral no vuelve a llamar una mujer, pero si es el varón el que no es efectivo, llaman a otro varón. En adición a lo antes expuesto a la mujer pastora generalmente se le paga menos que a un pastor varón con las mismas cualificaciones. Nuestros compañeros varones en el ministerio pastoral expresan su respeto y admiración por sus compañeras en el ministerio. No obstante, algunos no invitan a las mujeres (o ciertas mujeres, consideradas liberales, progresistas, rebeldes) a predicar en “sus púlpitos” o no llaman a una pastora como asociada. Sin embargo varias mujeres han llamado como asociados a pastores varones.
Nuestro reclamo
A una sociedad que acepta a las mujeres como ejecutivas de grandes empresas, presidentas de las universidades les será difícil escuchar a una iglesia que las silencia. (Bonnidell Clouse)
El reclamo de las mujeres no es la búsqueda de un lugar o posición en la Iglesia. No buscamos rango.30 No es un anhelo de poder por el poder mismo. Tampoco se trata de formar parte de una jerarquía patriarcal, sexista, estática y autoritativa, ya que la estructura misma necesita ser redimida. No se trata de la jerarquía sino el tipo de jerarquía que se ejerce.31 Siempre existirá algún tipo de jerarquía, pero esta debe ser ejercida desde el amor ágape, desde la igualdad, la inclusión, la integración y la participación.
No se trata de nombrar a una mujer al liderato por ser mujer sino por sus cualificaciones. Tampoco se trata de utilizar la mujer como una ficha para llenar la cuota “rosada” para cerrarles la boca. Las mujeres hemos sido llamadas por Dios, somos cuerpo de Cristo, poseemos dones dados por el Espíritu Santo, hemos estudiado en Institutos Bíblicos y/o Seminarios, tenemos oficios dignos, bachilleratos, maestrías, doctorados, somos profesionales en distintos campos. Nada nos impide ejercer una función de liderato. El mayor impedimento es la hegemonía masculina.
El reclamo es poder ejercer nuestra plena vocación y dones, los que Dios nos ha dado y a lo que nos ha llamado desde el principio de la creación sin que el género sea un impedimento para ejercerlo. No existen limitaciones por razón de sexo. Las mujeres estamos cansadas de escuchar que no hay ninguna mujer que pueda ocupar “esa posición” (entiéndase liderato) en la Iglesia. Como nuestras antepasadas en la fe nos resistimos a callar, a ser marginadas y ser excluidas del liderazgo eclesial.
¿Qué podemos hacer las mujeres ante estos desafíos?
Sin pretender ser exhaustiva comparto algunas propuestas que nos puedan ayudar a concienciarnos sobre la necesidad de construir espacios de reflexión y compartir luchas.
- Crear una cultura de resistencia. Tenemos que resistirnos a ser silenciadas, ocultadas, marginadas, excluidas e invisibilizadas.
- Recuperar las historias de las mujeres de la iglesia y de la historia del pasado.
- Debemos sentirnos herederas de los aportes de las mujeres que nos han precedido.
- Organizar una asociación de teólogas puertorriqueñas. Estoy consciente de que se han hecho algunos intentos, sin ningún resultado. Existen varias asociaciones en el mundo de mujeres teólogas: España, Brasil, México, entre otros.
- Hacer teología en compañía de otras mujeres.
- Hay que escribir. En el caso de Puerto Rico la producción teológica por parte de las mujeres es escasa. En Estados Unidos y América Latina varias mujeres han hecho grandes aportaciones desde la teología a la academia y la iglesia.
- Reinvindicar los principios igualitarios del movimiento de Jesús.
- Apoyarnos y ser más solidarias las unas con las otras.
1 Octavia Spencer, Taraji P. Henson y Kevin Costner forman parte del elenco de la película “Hidden Figures” (Talentos Ocultos), inspirada en el libro escrito por Margot Lee Shetterly, “Hidden Figures: The Story of the African-American Women Who Helped Win the Space Race”.
2 Aída Besacon-Spencer, Más Allá de La Maldición (Eugene, Oregon: WIPF & STOCK, 2011).
3 Elsa Tamez, Las Mujeres En El Movimiento de Jesús El Cristo (Quito, Ecuador: Consejo Latinoamericano de Iglesias, 2004).
4 Philip B. Payne, Examining the Twelve Biblical Pillars of Male Hierarchy. Recuperado el 25 de junio de 2017 en www.cbinternational.org
5 Alvera Mickelsen, “Una Postura En Pos de La igualdad: ‘En Cristo No Hay Hombre Ni Mujer,’” in Mujeres En El Ministerio, Cuatro Puntos de Vista, ed. Robert G. Clause, Bonnidell & Clause (Barcelona, España: Editorial CLIE, 2005), 161.
6 Zaida Maldonado-Pérez, “La Reforma Desde Una Perspectiva Feminista,” in Nuestras 95 Tesis, a Quinientos Años de La Reforma, ed. Justo García Alberto L. & González (Orlando, FL: Asociación para la Educación Teológica Hispana, 2016), 183–205.
7 Agustina Luvis-Nuñez, Creada a Su Imagen (Nashville, TN: Abingdon Press, 2012).
8 Rosemary Radford-Ruether, Christianity and the Making of the Modern Family: Ruling Ideologies, Diverse Realities (Boston, Massachusets: Beacon Press, 2000).
9 Marga Muñiz-Aguilar, Femenino Plural: Las Mujeres en la Exégesis Bíblica (Barcelona, España: Editorial CLIE, n.d.).
10 Tasha Brandstatter,The Structure of Medieval Catholic Churches. Recuperado el 30 de enero de 2017 en http://peopleof.oureverydaylife.com/structure-medieval-catholic-churches-7310.html
11 El primer grado de ordenación en la Iglesia católica es el diaconado, seguido por el sacerdocio y el episcopado.
12 Mujeres diáconos: el nuevo cambio del Papa Francisco. Recuperado el 12 de mayo de 2016 en https://laopinion.com/2016/05/12/mujeres-diaconos-el-nuevo-cambio-del-papa-francisco/ 13Una mujer en el Vaticano. Recuperado el 28 de febrero de 2017 en https://pozosdulces.wordpress.com/2017/02/28/una-mujer-en-el-vaticano/
14Abriendo puertas mujeres con el Vaticano. Recuperado el 28 de octubre 2013 en https://evangelizadorasdelosapostoles.wordpress.com/2013/10/28/abriendo-puertas-mujeres-en-el-dialogo-c on-el-vaticano/
15Mujeres diáconos: el nuevo cambio del Papa Francisco. Recuperado el 12 mayo de 2016 en https://laopinion.com/2016/05/12/mujeres-diaconos-el-nuevo-cambio-del-papa-francisco/
16Comisión de estudios sobre diaconado de mujeres sostiene primera reunión. Recuperado el 16 de mayo de 2017 en
https://www.aciprensa.com/noticias/comision-de-estudio-sobre-diaconado-de-mujeres-sostiene-primera-reun ion-en-el-vaticano-27794/
17Vaticano niega que el papa tenga intención de ordenar diaconisas ni sacerdotisas. Recuperado 16 de mayo 2017 en
https://www.aciprensa.com/noticias/vaticano-niega-que-el-papa-tenga-intencion-de-ordenar-diaconisas-ni-sac erdotisas-38661/
18 Besacon Spencer comenta: “la pregunta no es ¿deben ser las mujeres ordenadas? sino ¿Dios ordena a las mujeres a predicar, enseñar y tener autoridad? De esta manera la Iglesia, puede afirmar y orar por lo que Dios ya ha ordenado”. Aída Besacon-Spencer, Más Allá de La Maldición.
19 Philip B. Payne Examining the Twelve Biblical Pillars of Male Hierarchy. Recuperado el 25 de junio de 2017 en www.cbinternational.org
20 Del siglo II al XII existía el diaconado femenino, siendo los siglos III al V donde alcanza mayor desarrollo y poco a poco va desapareciendo. (Jornadas “Mujeres y Diaconado”: www.asociaciondeteologas.org).
21 Zoe Mintz, Women’s Day 2015: More Women Employed At The Vatican, But Only Two Hold Top Positions.
Recuperado el 16 de mayo de 2017 en
http://www.ibtimes.com/womens-day-2015-more-women-employed-vatican-only-two-hold-top-positions-183 9370
22 Gudrun Sailer, Mujeres en el Vaticano: la presencia femenina sigue creciendo. Recuperado el 28 de marzo de 2022 en
https://www.vaticannews.va/es/vaticano/news/2020-03/mujeres-vaticano-presencia-femenina-sigue-creciend o.
23 Gudrun Sailer, Mujeres en el Vaticano: la presencia femenina sigue creciendo. Recuperado el 28 de marzo de 2022 en
https://www.lavanguardia.com/vida/20210228/6261105/papa-francisco-vaticano-mujeres-subsecretaria-natha lie-becquart-sinodo-obispos.html
24 Otras mujeres en posiciones de alto liderato han sido: Rvda. Sarah Pérez González, Superintendente de la Iglesia Wesleyana ,Rvda. Myriam Visot primera mujer puertorriqueña Superintendente, (1985-1991) de la Iglesia Metodista. Después de esta varias mujeres ocupan o han ocupado la función de Superintendentes de Distrito. En el caso de la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera y la Iglesia Adventista no ordenan mujeres al ministerio pastoral.
25 Reconocemos que debe haber otras mujeres en otros concilios y denominaciones que por falta de espacio o información no hemos podido incluir.
26 Cameron Doody, Nuria Calduch denuncia que en la Iglesia «los varones ocupan casi todo el espacio posible». Recuperado el 28 de marzo de 2022 en http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2017/09/12/religion-iglesia-vaticano-nuria-calduch-benag es
27 Citada por el Rvdo. Angel Luis Rivera Agosto en una entrevista realizada por esta servidora en el 2009 acerca del ministerio pastoral de la mujer.
28Joan Chittister, Ser Mujer En La Iglesia (Santander, España: Editoria SAL TERRAE, 2006).
29 La Iglesia Alianza Cristiana y Misionera y la Iglesia Adventista no ordenan mujeres al ministerio pastoral.
30 Zaida Maldonado-Pérez, “La Reforma Desde Una Perspectiva Feminista,” in Nuestras 95 Tesis, a Quinientos Años de La Reforma, ed. Justo García Alberto L. & González (Orlando, FL: Asociación para la Educación Teológica Hispana, 2016), 183–205.
30 Zaida Maldonado-Pérez, “La Reforma Desde Una Perspectiva Feminista,” in Nuestras 95 Tesis, a Quinientos Años de La Reforma, ed. Justo García Alberto L. & González (Orlando, FL: Asociación para la Educación Teológica Hispana, 2016), 183–205.
31 Terence L. Nichols, “Hierarchy and the Church,” Pro Ecclesia 4, no. 3 (1995): 281–300.
Bibliografía
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